Diccionario de la suplementación

El yodo, por ejemplo, regula la producción de energía y es necesario para prevenir la gota y tiene además un efecto diurético. Es antibacteriano y antifúngico en su aplicación local, por eso se usa como desinfectante. Asimismo protege la mucosa del estómago, participa en la síntesis de las proteínas y ayuda a la cicatrización de heridas. Estimula la síntesis del colesterol y regula la función de la hormona tiroidea.
El hierro es el más importante de los oligoelementos porque es esencial para la vida de las células vivas de animales y plantas porque está presente en el aporte de oxígeno celular que llega a través de la sangre en la hemoglobina. Es importante en el crecimiento y en la adolescencia. En los adultos, lo es para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Vamos a dar una síntesis de los principales oligoelementos, tanto de sus funciones como de las fuentes alimentarias en las que los podemos encontrar y cómo ayudar a su mejor absorción, porque los expertos en Medicina Ortomolecular aseguran que "no siempre los alimentos que contienen más cantidad de un oligoelemento son los que nos aportan más a nuestro organismo, porque hay antagonistas que privan su absorción y otros que la facilitan". De ahí, que sea preciso centrar las prescripciones de oligoelementos contando con las interacciones entre ellos y en su presencia activa en alimentos que faciliten su absorción, en razón de su composición; mientras que hay alimentos que los contienen en mayor cantidad y que no facilitan su absorción en el intestino delgado.
El zinc
El zinc es el oligoelemento más importante en nuestro organismo después del hierro. El óxido de zinc fue utilizado en la antigüedad para el tratamiento de úlceras y quemaduras. Fue utilizado por los egipcios, según el papiro de Ebers (1500 años antes de Cristo).
El zinc tiene un importante papel en el sistema inmunológico. Se ha demostrado que un déficit de zinc provoca una disminución del desarrollo del timo y disminuye la respuesta inmunitaria o de defensa de nuestro organismo ante las enfermedades. También se asocia el déficit de zinc a una patología renal o gastrointestinal. El déficit afecta la piel y los órganos sexuales.
Sin embargo, su exceso es muy peligroso porque el zinc es necesario para el crecimiento de los tumores y estimula la proliferación celular. Hay regiones de Estados Unidos con personas que tienen una concentración alta en sangre de zinc, pero que su mortalidad no es superior a la de otras regiones sino que está correlacionada con la edad, pero es que el zinc se correlaciona con el selenio y estas personas también presentan un contenido bajo de selenio.
Por eso, hemos de insistir en que la importancia en la administración de oligoelementos se basa en el conocimiento de las interacciones entre ellos.
El acné, por ejemplo, es una de las enfermedades de la piel que responde al tratamiento con zinc y se asocia con un déficit de este oligoelemento. En controles humanos de hombres y mujeres con acné vulgaris, un 28% tenían bajo el zinc en suero y 24% déficit en el pelo.
El zinc es captador de radicales libres, por esta razón se considera importante como coadyuvante en el antienvejecimiento junto al selenio. También tiene un importante papel en la captación y almacenamiento de la insulina. Interviene en la movilización hepática de la vitamina A y su déficit se relaciona con problemas menstruales.
El ayuno aumenta la tasa de zinc. El ejercicio físico la reduce.
El selenio
El selenio estimula el sistema inmune, protege contra influencias cancerosas, regula la función tiroidea, tiene una función de protector hepático. El selenio y la vitamina E son potentes antioxidantes que protegen a los lípidos de las membranas celulares de los efectos destructivos de los radicales libres, de manera que en presencia de selenio no se oxidan y no se depositan previniendo la formación de arterioesclerosis.
Se ha visto que el selenio disminuye el cáncer en animales. Y se sabe que los pacientes con cáncer tienen cifras más bajas de selenio que los sanos. La carencia de selenio puede producir cataratas, atrofias musculares, necrosis hepática, esterilidad y cáncer. Además, el selenio protege contra el estrés.
Las fuentes de selenio son: riñones, mariscos, brócoli, atún, levadura de cerveza, cereales integrales, cebollas, germen de trigo, granos de sésamo, salmón, algas, ajo, setas, pepino, espárragos.
Yodo
Aproximadamente, el 90% del yodo de nuestro organismo se encuentra en la glándula tiroides. El yodo se absorbe por el intestino delgado y se excreta por los riñones y en pequeñas cantidades por las heces.
Hemos de hacer algunas observaciones interesantes respecto del yodo como por ejemplo que se ha constatado que existen indicios de que el cáncer de pecho es más frecuente en las poblaciones con déficit de yodo. El déficit de yodo provoca arterioesclerosis, obesidad, función tiroidea disminuida, bocio, irritabilidad, trastornos psicológicos, pelo seco, manos y pies fríos, disminución de la resistencia al estrés, tumor gástrico, disminución de la capacidad de aprendizaje, deterioro de la capacidad mental, infertilidad, aumento de abortos y mortalidad perinatal, sordomudez y retraso en el crecimiento.
En cambio, el yodo es positivo para la síntesis del colesterol, regula la producción de energía, es un antifúngico por vía local y protege la mucosa del estómago, así como activa la cicatrización de heridas como ya hemos apuntado en el inicio.
Los aminoácidos
Pueden ser esenciales no esenciales: unos los fabrica el propio organismo y los otros han de ser adquiridos.
Los aminoácidos esenciales son:
- Triptófano: antecedente de la serotonina, neuro-hormona
- Fenilalanina: se encuentra en alimentos ricos en proteínas
- Valina: su déficit, asociado al de la leucina e isoleucina, provoca una enfermedad degenerativa
- Leucina: aminoácido neutro que forma parte del código genético y que ayuda a regular el nivel de azúcar en la sangre
- Isoleucina: se ha detectado sólo deficiente en personas con dietas bajas en proteínas)
- Treonina: interviene en la detioxificación del hígado
- Arginina: puede estimular la función inmunológica
- Histidina: es un precursor de la histamina
- Metionina: ayuda al hígado a procesar las grasas
- Lisina: se encuentra en legumbres y cereales
- Otros:
- Alanina
- Biotina
- Cisterna
- Glutathion
- N-Acetil-Cisteína (NAC)
- Taurina
- Glutamina
- L-Glutamina
- Glutamato
- Prolina
- Hidroxiprolina
- Ácido aspártico o asparagina
- Aspartato
- Glicina
- Serina
- seleniocisteína o Seleniometionina
Los oligoelementos y la salud
Los oligoelementos son elementos químicos presentes en el organismo que se encuentran en mínimas concentraciones (0,01% del peso del cuerpo humano teniendo como media el peso de una persona de 70 Kg.). Pero a pesar de ello, son imprescindibles para que tengan lugar muchas funciones fisiológicas.
También pueden definirse como aquellos minerales que se encuentra en nuestro cuerpo en menor cantidad que el hierro, pero que son imprescindibles para el metabolismo humano. Son, por ejemplo, el yodo, el selenio, el manganeso, el aluminio, la plata, el oro, el arsénico, el cloro, el cobalto, el flúor, el hierro, el germanio, el cromo, sílice, zinc, el azufre, el fósforo, el magnesio, el litio, cobre, plomo o el mercurio y otros.
Aportaciones positivas y limitaciones cuantitativas en los oligoelementos
Los oligoelementos son necesarios para el funcionamiento del organismo en equilibrio y muchos de ellos son imprescindibles para la síntesis celular. Aunque también es cierto que algunos de ellos son tóxicos como el aluminio, el mercurio, el arsénico, el plomo o el cadmio.
Funciones del hierro
Transporta la hemoglobina de la sangre y almacena el oxígeno, transporta electrones, es vital en la respiración celular. Estimula el metabolismo de las proteínas y de las vitaminas del grupo B, así como interviene en la oxidación de la glucosa para la producción de energía.
Fuentes naturales de hierro
Yema de huevo, trigo, patatas, legumbres, guisantes, orejones, hígado, germen de trigo, perejil, espirulina, berros, espárragos, frutos secos, semilla de sésamo, soja, levadura de cerveza, lentejas, pescado. Pero, además de tener en cuenta los alimentos que aportan hierro al organismo, hay que pensar en aquéllos que facilitan su absorción porque sobre una dieta de cientos de calorías, estamos hablando de una aportación de 10-20mgs de oliogoelementos. De hierro, por ejemplo, al día, sólo se absorben de esta cantidad (10-20 mg.) un 5 o un 10%.
Facilitan la absorción del hierro:
- la vitamina C
- el ácido clorhídrico
- los aminoácidos como la metionina y la cisteína
- las proteínas sobre todo de pescado ayudan a la absorción del hierro derivado de las verduras. Por ello es bueno mezclar en la alimentación el pescado con las verduras.
En cambio, bloquean o inhiben la absorción del hierro:
- la leche
- los huevos (yema especialmente)
- el calcio
- el zinc
- el magnesio
- el té
- los oxalatos (espinacas, ruibarbo)
- el ph alcalino reduce la absorción del hierro
Fuentes de zinc
Champiñones, levadura de cerveza, germen de trigo, leche, judías, nueces, espinacas, manzana yema de huevo, pescado, cereales, lentejas, soja en grano.
Fuentes de cobre
El cuerpo humano contiene aproximadamente 100 mgs. de cobre, de los cuales un tercio está en los músculos y el resto en otros tejidos como el hígado y aparece fijado a los fluidos como los aminoácidos (histidina, treonina y glutamina) o a la albumina. El cobre puede contrarrestar el crecimiento del cáncer y se sabe que este oligoelemento es funcional contra el cáncer si el cobre es suficiente en la comida. Pero, en cambio, se han encontrado altas concentraciones de cobre en pacientes con cáncer de pulmón, laringe, útero o vejiga, seguramente, quizá, como consecuencia de intoxicaciones o por el tabaco. El cobre tiene un efecto de antagonista sobre el selenio.
El cobre con el hierro son los oligoelementos más importantes de la sangre, porque si no hay cobre, no hay hemoglobina.
El cobre es antioxidante y preventivo de la diabetes. Tiene un papel hipocolesterolemiante y protector cardíaco. Pero su exceso favorecería el colesterol LDL. La anemia suele producirse por déficit de cobre. Y se corrige con suplementación de hierro y cobre.
Hay cobre en el hígado de ternera, en el cordero, en los mejillones, ostras, algas, soja, champiñones, mijo, pescado, cacao, legumbres, uvas, pasas, frutos secos, levadura de cerveza y hortalizas de hoja verde.
Flúor
El flúor tiene un efecto directo en el metabolismo del calcio y del fósforo y en pequeñas cantidades puede reducir la osteoporosis. Mejora la absorción del calcio. Se absorbe por el intestino y se elimina a través de la orina. Aproximadamente, el 98% del flúor se localiza en los huesos. El flúor inhibe las bacterias que facilitan las caries disminuyendo al mismo tiempo la producción de ácido.
Fuentes: pescado de mar, crustáceos, aguas minerales, cebolla, hortalizas, girasol, té, algas, espinacas, alfalfa.
Contraindicaciones: pacientes litiásicos y con insuficiencia renal.
Fuentes de yodo
Las fuentes de yodo son: los mariscos, las algas, la sal de cocina yodada, las judías verdes, el pescado, las cebollas, los berros, los cereales integrales, las moras. En cambio, la introducción frecuente de la col fermentada en la comida, tal como ocurre en Alemania o en los Países Bajos, es causa de carencia de yodo.
El magnesio
Es importante hablar del magnesio porque hay varios trabajos que relacionan el déficit de magnesio con un aumento del riesgo de cáncer. Y se ha visto que esta enfermedad es menos frecuente en regiones con mayor cantidad de magnesio en el suelo. Otros trabajos como los del médico húngaro Dr. Kuti hablan de que el magnesio aumenta la resistencia del cuerpo a la enfermedad y previene problemas circulatorios, así como cefaleas, insomnio y aumento de la sudoración.
La absorción del magnesio es gastrointestinal pero ésta es retrasada si hay un exceso de grasa y de proteínas o un exceso de calcio, de vitamina D o de diuréticos. Su absorción se acelera en presencia de vitamina B6, vitamina C, progesterona e insulina o vitamina E y fósforo.
La absorción del magnesio es importante porque controla el mecanismo del calcio/fósforo interviene en el metabolismo energético. Mejora la absorción de la vitamina B y la C y E. y tiene un importante papel en la coagulación. La hipomagnesia se asocia a la hipocalcemia. Por tanto, es importante la toma de magnesio para equilibrar el metabolismo del calcio.
El déficit de magnesio puede producir nerviosismo, cefaleas, irritabilidad, hiperactividad, psicosis, tics y depresión.

Las vitaminas naturales, su importante papel en la
dieta
Las
vitaminas son sustancias orgánicas necesarias en pequeñas cantidades para el
mantenimiento de las funciones metabólicas. El papel de las vitaminas es muy
variado y complejo y sus funciones específicas se agrupan en función del
conjunto al que pertenece
Las vitaminas del grupo B tienen un papel preponderante en el metabolismo humano. Se encuentran en el hígado, la leche, la levadura de cerveza, el arroz con cáscara o integral, el pan integral, la clara de huevo, las espinacas, etc. Su deficiencia ocasiona trastornos en el crecimiento y también en la piel y mucosas. La vitamina B es imprescindible en el metabolismo de los glúcidos o carbohidratos. Los síntomas de falta de vitamina B son falta de apetito, dolor de cabeza, dolores de piernas, calambres, estreñimiento, fatiga y también palpitaciones y taquicardia.
Vitamina A
Otras vitaminas como la A actúan en la visión y su falta deteriora este sentido. Puede ocasionar ceguera crepuscular, xeroftalmia, dermatosis o esterilidad. Se encuentra en alimentos como la zanahoria, en verduras como las acelgas, los albaricoques, el perejil, los guisantes, las judías verdes, los tomates, las naranjas, las mandarinas, en la yema de huevo, en la mantequilla o en el aceite de hígado de pescado, especialmente el de bacalao y en el hígado de vaca.
Vitamina D
La deficiencia de vitamina D puede provocar raquitismo o problemas de crecimiento y también trastornos en el metabolismo del calcio y el fósforo. La vitamina D2 se forma con la intervención de los rayos ultravioleta. De ahí, la importancia del sol en la formación de esta vitamina y la costumbre de llevar a los bebés a tomar el sol y que lo tomen los mayores en su tercera edad como método preventivo y de salud. Contienen esta vitamina el hígado de pescado, la leche, la clara de huevo, la mantequilla, etc.
Vitamina C
La falta de vitamina C puede generar escorbuto y hemorragias gingivales. Contienen esta vitamina los limones, los tomates y las verduras. También abunda en la coliflor y el bróculi, en el melón, en las moras... Las manifestaciones de falta de vitamina C son dolores en las articulaciones, defectos dentales, tendencia a la hemorragia y retardo en la cicatrización. La vitamina C también interviene en la formación de colágeno.
Vitamina K
Esto es debido a que la vitamina K se precisa para la formación de protrombina por parte del hígado. Contienen esa vitamina las espinacas, los tomates, el hígado de cerdo y la yema de huevo. Los antibióticos que destruyen la flora intestinal hacen disminuir la síntesis de la vitamina K.
Vitamina E
Las deficiencias de vitamina E pueden provocar abortos o azoospermia. Se encuentran en los huevos, en las verduras y en la leche. Y el alimento más rico en vitamina E es el germen de trigo, el de maíz, el de soja, los cacahuetes, el aceite de oliva, las almendras y avellanas, el apio, el cacao, las coles de Bruselas, los copos de avena, las judías, los guisantes, los huevos, los pescados y los quesos. La vitamina E favorece la circulación de la sangre y mantiene la elasticidad de las arterias actuando contra los depósitos de grasa.
Vitamina H
La falta de vitamina H puede ser causa de seborrea o alopecia. Contienen esta vitamina la levadura y la caseína.
Vitaminas a la carta
Una regla muy sencilla para asegurar la presencia de todas las vitaminas que el cuerpo necesita es ofrecerle una gran variedad de ingredientes en todas las comidas, lo que no significa abundancia en la cantidad, sino en la variedad. Es importante saber que las vitaminas son la clave para mantenerse en plena forma y en buena salud a cualquier edad. Por eso, indicaremos a continuación de manera resumida las necesidades específicas de vitaminas que precisa cada órgano de nuestro cuerpo o la utilidad de cada vitamina en las funciones orgánicas.
La función de las vitaminas.
- Aparato digestivo:
Las vitaminas del grupo B son las mejores aliadas del proceso digestivo. Para absorber a través del estómago los nutrientes que comemos, se necesita la vitamina B3. La vitamina B2 facilita una buena digestión y previene el estreñimiento. La vitamina E previene las hemorragias gástricas y la A es muy útil para tratar las úlceras.
- Arterias:
Se mantienen limpias con las vitaminas E, C y A
Articulaciones:
Las vitaminas que más influyen en la salud son: la C, la E y el complejo B
Bronquios:
Su gran aliada es la vitamina C que protege de la bronquitis y de otras afecciones respiratorias.
Intestinos:
Necesitan las vitaminas A y C para restablecer su función en caso de diarrea y las vitaminas del grupo B para absorber los alimentos
Cabellos:
Para mantener la salud de los cabellos y su belleza es imprescindible la vitamina A. La caída del cabello puede también ser consecuencia de falta de vitaminas del complejo B.
Cerebro:
Para evitar posibles trastornos o problemas circulatorios en el cerebro (embolias) es preciso tomar vitamina E y vitamina C.
Corazón:
Las vitaminas C, E y B6, por su influencia positiva sobre el colesterol, el sistema circulatorio y la tensión son las más eficaces para prevenir problemas cardíacos.
Dientes:
Necesitan la vitamina C y la D
Espalda:
El dolor de espalda se aligera con las vitaminas C, B y E
Encías:
La inflamación de las encías puede ser consecuencia de una falta de vitaminas A, D y del grupo B.
Fertilidad:
Tanto la masculina como la femenina dependen en gran parte de la vitamina E.
Huesos:
Los huesos necesitan la vitamina C y la D.
Labios:
Necesitan las vitaminas del grupo B
Memoria:
Se estimula con las vitaminas del grupo B
Músculos:
La vitamina E previene el debilitamiento de las fibras musculares. La debilidad muscular, los calambres o las contracciones acostumbran a mejorar con las vitaminas del grupo B y la vitamina D.
Nervios:
Los problemas nerviosos mejoran con las vitaminas
del grupo B.
Olfato:
Depende en gran parte de la vitamina A como la vista.
Oído:
Necesita las vitaminas A, B y C.
Ojos:
La vitamina A es la más importante para la salud de los ojos, aunque las vitaminas B y C también lo son.
Piel:
Necesita la vitamina A para mantenerse tersa, flexible y sin arrugas. El acné también mejora con esta vitamina.
Pulmones:
Necesitan las vitaminas A y E.
Sangre:
La vitamina C favorece la coagulación de la sangre y le facilita la absorción de hierro. La b9 colabora en la formación de glóbulos rojos. La K evita las hemorragias y colabora en la coagulación. La vitamina E mejora la circulación.
Sueño:
La vitamina A mejora la calidad del sueño y las del grupo B ayudan a resolver los problemas de insomnio.
Uñas frágiles:
Necesitamos vitaminas del grupo B.
Las vitaminas en la alimentación
Vitamina A:
Alimentos ricos en grasa, hígado, plátanos, leche, yogourt, frutas, zanahoria, queso, yema de huevo, pescado, mantequilla y verduras.
Vitamina B1:
Hígado, levadura de cerveza, cereales integrales, legumbres secas.
Vitamina B2:
Levadura, leche, yogourt, huevos, queso, hígado, riñones, mantequilla, cahmpiñones.
Vitamina B3 o PP:
Pescado, cereales, carne, dátiles, higos, rábanos.
Vitamina B8:
Yema de huevo, hígado, leche, levadura de cerveza, trigo integral, frutos scos.
Vitamina B12:
Hígado, riñones, algas.
Vitamina
C:
cítricos (limones, naranjas y mandarinas), patata, coliflor, perejil, pimientos
verdes y rojos, chirimoyas.
Vitamina D:
Pescado, yema de huevo, leche entera, mantequilla, hígado, atún.
Vitamina E:
Cereales, frutos secos, margarina, aceites vegetales.
Vitamina K:
Hígado, col verde, coles de Bruselas.
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